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Por qué es necesario proteger al escritor

Fiscalidad y Legalidad

Se habla, y se habla mucho, de que el sector editorial está pasando por una crisis severa. Se habla de que es necesario frenar la piratería; que las editoriales han regresado a números de hace veinte años; que las librerías cierran. Se habla de que hay que proteger a la industria.

Por qué proteger a la industria editorial

Hace unos días, Alejo Cuervo (escritor y editor de Gigamesh, la editorial que publica a G.R.R. Martin entre otros) compartía en Facebook una nota extraída de su libro “Exégesis”. Tengo el libro en casa desde hace meses, pero uno no tiene tiempo de leer todo lo que quisiera y reconozco que aún no lo he empezado. La nota de Alejo giraba en torno a la necesidad de proteger al librero. Mencionaba una serie de actuaciones que están tomando desde Gigamesh para proteger al librero que cuida del fondo editorial. La idea, básicamente, consiste en evitar que el mercado se reduzca a las novedades, que el peso de las ventas recaiga sobre el best-seller, cuando no el fast-seller, de turno y potenciar de este modo la venta de “mid-list”, los libros de calidad que no llegan a explotar como grandes ventas pero que permiten al librero crear su fondo editorial.

La idea es estupenda. Y necesaria.

Hace tiempo que las librerías no suelen presentar este aspecto

Unas semanas atrás se publicó el informe de la Federación del Gremio de Editores, y las cifras dejaron al sector temblando al mostrar un retroceso, como decíamos, de veinte años. Las cifras de venta han bajado un ¡40%! Y los editores han puesto el grito en el cielo. Al parecer, incluso ha habido una reunión del loby editorial con el gobierno para frenar la caída. Es necesario proteger a las editoriales, puesto que significan el 0,7% del PIB en nuestro país. Hay muchas familias que viven del sector editorial.

Así, hay que proteger a los libreros. Y a las editoriales.

¿Pero quién protege al escritor? Porque, no lo olvidemos: el escritor es el que le da de comer a todas esas miles de familias. Es el que genera la materia prima. Sin sus libros, sin sus historias, el sector estaría muerto. Y, sin embargo, nadie parece preocuparse de proteger al escritor.

Pero, ¿quién protege al escritor?

En un artículo de lo más interesante se hablaba de que, en Inglaterra, el número de autores que pueden vivir de la literatura ha caído al 11,5% cuando hace solo 9 años eran el 40%. Eso es en Inglaterra, país más consumidor de literatura que España.

En nuestro país, el Presidente de Adal, la Asociación de Agentes Literarios, asegura que los derechos que se están pagando a los autores no llega al 40% de lo que se pagaba poco tiempo atrás. Cedro, que hace poco pagaba 30 millones de euros a los autores por los derechos de sus libros, el año pasado ya no pagó nada. Si se suma a eso la bajada en las ventas, en España los autores han recibido 80 millones de euros menos (que puede parecer mucho dinero, pero si se divide entre los casi 70.000 títulos que se publicaron salen poco más de mil euros por título…).

Ante este panorama, no es de extrañar que agentes como Sandra Bruna diga que lo primero que le dice a sus autores es “que muy pocos podrán vivir del libro”.

Pero todos los demás viven. Libreros, distribuidores, editores, agencias… Todos ellos viven del libro. Los únicos que no pueden hacerlo son los que generan la materia prima, los que les dan de comer a todos los demás. Y nadie hace nada para protegernos.

¿De qué se quejan los escritores?

Para empezar, somos los primeros que sufrimos la piratería. Eloy Moreno habla en su blog de una anécdota que retrata muy bien lo que está ocurriendo: nadie considera que descargarse un libro sea perjudicar al autor. Quizá porque pocos saben que el autor solo recibe el 10% del valor del libro. De esos 20€ que cuesta el libro, una vez ha pagado a su agente, los impuestos, etc. el autor se queda, con suerte con 1€. Y nadie protege eso.

Lo único que sabe el autor es lo que aparece en las listas de los periódicos, que nunca muestran cifras de venta

A día de hoy, el escritor sigue sin saber a ciencia cierta cuántos libros vende. Las librerías pueden devolver libros varios meses después de su recepción, las editoriales no realizan cuentas más que una vez al año, las distribuidoras pueden decir que se han destruido por accidente 500 ejemplares, (una carretilla elevadora que pinche mal un palet de libros, por ejemplo; o una inundación en el almacén; o cualquier otra cosa…). El entramado está montado de tal forma, que no hay listas abiertas de venta. Sin embargo, hace ya sesenta años que se inventó el código de barras. Cualquier sector puede decir perfectamente, algunos de ellos, como el del cine, de un día para otro, cuántas ventas se han efectuado de un determinado producto. ¿Cómo es posible que el sector editorial no pueda hacerlo? En este sentido, nadie protege al escritor, que tiene que confiar en que los números que le presenta la editorial sean los verdaderos.

Aun cuando se presentan las liquidaciones en su debido momento, lo que no siempre ocurre, el escritor suele cobrar tarde y mal lo que le corresponde. Tampoco nadie protege ese derecho, que por cierto está firmado por contrato con la editorial. Se debe, sin duda, a que en gran parte del sector editorial hace tiempo que está asentada la idea de que el escritor debe darse por satisfecho con publicar un nuevo libro. Nadie se preocupa del esfuerzo que haya costado escribirlo; con verlo en las estanterías se tiene que sentir pagado.

Y como eso, podríamos continuar. El resumen de todo esto es que libreros, editores, agencias, comerciales, distribuidores, traductores, correctores, agentes de prensa y un largo etcétera de personas forman parte del sector editorial. Y cobran su sueldo del sector editorial. Y viven del sector editorial. Todos ellos tienen un sueldo que les permite comer.

Todos, excepto el escritor, que no tiene quién lo proteja; como el coronel no tiene quien le escriba.

Y tú, ¿qué cambios propondrías en el sector editorial?

Caja de Letras

19 Comentarios

  1. Lluvia Beltrán

    Yo también estoy muy de acuerdo. Gracias por expresar tan bien lo que todos los escritores pensamos y muy pocos «se atreven» a reclamar.Un abrazo.

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  2. Rocío Castrillo

    Creo que las editoriales son necesarias porque cumplen un papel de filtro de calidad del que carecen las plataformas de autopublicación como Amazon y similares. Dicho esto, estoy completamente de acuerdo con el artículo de Teo. Resulta muy difícil de entender y es completamente injusto que todos se lleven tajada del negocio menos el escritor, sin cuyos textos no existiría nada. Es lamentable que los autores nos llevemos solo el 10% del precio de un libro y el resto se lo repartan, en porcentajes mucho mayores, editoriales, distribuidores y libreros. Creo que por ahí debería ir nuestra lucha. Deberíamos crear una plataforma, agrupación o asociación de escritores con fuerza para exigir un mayor porcentaje de beneficios por nuestro trabajo. Obviamente, si todos nos negáramos a firmar por el 10%, no les quedaría más remedio que subir nuestras ganancias..

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    • Francisco Bravo

      Disculpa, ¿he leído filtro de calidad? Quizás mi mente reordenó de otra forma las letras y lo que querías decir era filtro de pateticidad. Hasta dónde yo veo, una editorial no está jamás interesada en la calidad literaria de un libro, sino en su posibilidad de hacer negocio con él. Muestra de ello es la basura besteleriana que se vende constantemente al hilo de «50 sombras de grey», y constatar que la mediocre novela romántica es el género más venidido. Es desternillante cómo pueden llegar a decirle a alguien que hace propuesta editorial: «Lo sentimos, pero tu novela es demasiado buena para poder venderla» (verídico). Yo considero que la única opción lógica y cabal, es la autopublicación; que el propio autor se erija como promotor y representante de sí mismo, además de editor de su obra. No ha de preocuparse la calidad final de una obra, pues se le adjudicaría el trato merecido en base a la meritocracia, o no, porque la mayoría de la gente tiene un gusto deplorable y una nula capacidad para discernir algo mal escrito de algo bien escrito, con lo que estaríamos igual.

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      • Teo Palacios

        Lamento no estar de acuerdo contigo. Es cierto que las editoriales son un negocio y como tal buscan rentabilidad, de ahí que se publiquen obras de baja calidad pero con grandes posibilidades de venta. Pero esos bombazos sirven para que sí se puedan publicar obras de otro tipo. Y siempre habrá editoriales que apuesten por la calidad por encima de todo: Seix Barral, Anagrama, etc.Por otro lado, si a la gente le gusta leer novela romántica, ¿qué hay de malo en ello? 😉

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        • Francisco Bravo

          Hola Teo! Disculpad mi tono, pero en ocasiones el paroxismo me invade ^^.En realidad desconozco profundamente el funcionamiento de todo este entresijo y gracias a esta página, así como a los comentarios, veo que puedo entender algo mejor este extraño sistema. Me parece curioso eso que comentas de que los grandes bombazos permiten otras publicacines porque me suena a limosna editorial. Y sí, por suerte hay algunas editoriales que apuestan por una literatura más cuidada y menos facilona, pero son las menos.Y no creo que haya nada de malo en que se lea mucha novela romántica (literariamente hablando, desde el punto de vista de su contribución a mitos y demás zarandangas la respuesta sería otra), pues a fin de cuentas implica gente leyendo libros y eso es sencillamente bueno; lo que creo que implica es que es un género sobreexplotado en el que la calidad de las obras de media es baja o bajísima, tirando de clichés y topicazos y alimentando los fogones con una escritura generalmente poco trabajada, una especie de «todo vale», porque vende. En mi opinión, eso, aunque sea lectura y pueda hacer que haya curiosos que se acerquen a la literatura, va más en detrimento que a favor, pues me parece poco probable que quienes degustan ese género se salgan de él para probar otros, y como resultado el monto de literatura prescindible aumenta mientras que, como en la música, los que más trabajan y se esfuerzan por cuidar un producto determinado, suelen sucumbir al ninguneo.

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  3. Editor

    Soy editor, he sacado más de diez títulos sin financiación.. además de trabajar al 50% sobre los beneficios con el autor, ¿qué pasa cuando el libro no vende y hay pérdidas, mucho más común de lo que se cree? ¿Qué pasa cuando el trabajo de promoción de la editorial no se convierte en ventas pero si en que su autor obtenga mejoras o encargos gracias a ello?Por otro lado, dices editorial cuando deberías decir distribuidora. Yo tampoco sé que libros se están vendiendo a través de la distribuidora, los mismos cuentos… esos libros están colocados, esos otros se han utilizado para promoción comercial en librerías, … Al final toca hacer balance y estimar ventas sobre los movimientos ya que nunca, nunca, nunca la distribuidora te dirá que libros han sido ventas ni que libros están colocados en librería. Al final la única cifra cierta es la de los libros que poseen en almacén.Regreso a la primera pregunta ¿Qué pasa si el libro no recupera en ventas ni siquiera su inversión? Te lo digo yo, el editor es el más afectado, el autor cobrará según lo acordado, la distribuidora ganará poco, pero siempre gana. El librero, más de lo mismo. Está bien sentirse único, pero no seamos egoístas.

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    • Teo Palacios

      En absoluto se trata de sentirse único. si te fijas, te quejas de lo mismo que yo: no hay forma de saber los libros que se han vendido. Desgraciadamente, aquí los autores no podemos hacer nada. Pero las editoriales sí deberíais. Vosotros conformáis un grupo de presión importante (el 0,7% del PIB es MUCHO). Sois vosotros los que deberíais coger ese toro por los cuernos y plantaros.Por supuesto que corréis un riesgo. Es vuestro negocio correrlo. Nosotros corremos con el nuestro: el de dedicar un año, o dos, o más, a escribir una novela de la que no sabemos qué va a pasar. No se trata de correr riesgos o no correrlos; eso va implícito en el rol que cada uno a elegido, sino de que el autor no está protegido en el sistema. Y eso deberías reconocerlo.

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      • Editor

        Hay que comprender que el negocio de algunas editoriales y de la distribuidora se consolida en especular, en generar una burbuja de movimiento de dinero, y no en ventas reales, porque si no, cerrarían el chiringuito en dos días.¿Cómo dices?Sí, así es. Una editorial saca 1 título que tiene un precio de 10€, la distribuidora coloca 1.000 ejemplares que ya cobra, es decir está manejando ya 10.000€ (-30%) y con ello realiza otras gestiones. Al mes siguiente le devuelven 500 ejemplares, entonces devuelve el valor 5.000€ (-30%). ¿Qué hace la distribuidora/editorial para no tener que rascar de su bolsillo? Sacar otra novedad para generar nuevo dinero «falso», ya que vuelven a ser otros 10.000€ (-30%) de ingresos, menos 5.000€(-30%), ya tienen dinero para especular de libros que todavía no se han vendido… Eso explica que a veces salgan tantos títulos sin criterio. Eso explica que en ocasiones hayan precios desorbitados en algunas ediciones, …De existir un control de ventas, todo esto se desmoronaría… aunque yo lo prefiero, haría más justa la competencia y realmente se quedaría quienes más venden y no quienes más dinero tienen para crear burbuja.

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        • Teo Palacios

          Pues a por ello. ¿O lo justo es que haya gente haciendo dinero a costa del trabajo de otros?

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        • Francisco Bravo

          Lo que viene a querer decir que el sistema montado es un sistema de absoluta mierda. Como el fútbol. Un deporte mal estructurado desde la base. Cuando algo está mal, a todas luces, lo mejor es tirarlo y hacer uno nuevo.

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          • Teo Palacios

            Cuando fallan las ruedas de un coche, o los amortiguadores, incluso el motor, no tiramos el coche… Procuramos repararlo 😉

  4. Mª Luisa

    Comparto las tesis del artículo y añado: también hay que cuidar al lector y motivarlo; sin él, sin nosotros, tampoco existiría el mundo editorial

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    • Teo Palacios

      Totalmente de acuerdo, Mª Luisa. Si no le damos al lector el cuidado que necesita, estamos muertos.

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  5. Carlos Romeo

    He leído esto con interés.Pero, ¿10%? Por mi único libro publicado recibo un 5%.

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    • Teo Palacios

      Hola, Carlos. Es muy normal que con el primer libro no se alcance ese 10%. No obstante, el 10% es el porcentaje habitual que se ofrece al escritor.

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  6. Santiago

    Hace pocos días tuve un pequeño intercambio de opiniones en tuiter – https://twitter.com/QUIXOTEdotTV/status/496272450624425984 – sobre el canon que deberán pagar las bibliotecas de todo tipo por el préstamo de libros.Me parece una miseria, sin embargo, algunos se agarrarán a esto para fomentar más -si cabe- el pirateo en España.Creo que muchos confunden a los autores y sus derechos con la nefasta gestión que hacen de los mismos las sociedades que dicen defenderlos. Por mi parte, creo que el estado de la técnica y la informática es ya más que adecuado para que muchas liquidaciones que hoy se realizan a través de sociedades de autores se realicen sin intermediarios y de forma automática directamente a los AUTORES. Es ponerse!Felicidades por el post, que me parece muy acertado.Por último, sobre el papel del editor, me gustaría recomendaros la lectura de un libro «La llamaremos Random House» biografía de Cerf uno de los fundadores-propietarios de la conocida editorial, y que pone en perspectiva otras cosas que aporta -que debe aportar- una buena editorial y un buen editor.Un cordial saludo,Santiago Romagosa

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    • Teo Palacios

      Intentaré conseguirlo. Me gusta mucho leer sobre el mundo editorial.

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  7. Aislinn Red

    Muy bueno el artículo, muy completo. A veces he sentido algo muy parecido a lo que escribes, y al fin he podido leerlo perfectamente expresado, ¡gracias!

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  8. Eduardo Jorge Arcuri

    Trabajo como autor independiente para editorial Distal de Buenos Aires. Mi editor «sabe» qué tema es el que mejor se vende y dónde venderlo en el momento oportuno. Estoy conforme con mi relación laboral, aunque busco ampliar mi oferta al mercado de habla hispana a través de otras editoriales que trabajen con narrativa histórica y de ficción —de la que tengo unas 30 obras sin editar— ya que estas no son de temática acorde a la línea editorial de Distal. Aquí es donde prevalece la función del equipo autor/agente literario/editor/distribuidor/agente de prensa.Estimo que trabajar en equipo, es el mejor de los «negocios» para el autor (aun por el 10%).

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