Trece maneras de morir, la primera antología de Factoría de Autores

Los alumnos toman el control.

En Factoría de Autores creemos que para formar escritores no basta con enseñarles los fundamentos de la narrativa y ponerlos a escribir relatos; es necesario que conozcan el mundo editorial y todos los entresijos de lo que significa escribir y publicar un libro, de modo que solemos hablar mucho sobre cómo funciona el mundo editorial en nuestros talleres.

Y como no hay nada mejor que la práctica, propusimos a nuestros alumnos que se embarcaran en la aventura de vivir desde dentro el proceso editorial. Creemos que la autopublicación puede ser una valiosa experiencia, un valiente primer paso para convertirse en autores. La idea era sencilla, pero ambiciosa: que ellos escribiesen, editasen, corrigiesen y maquetasen su propia antología de relatos, que giraría en torno a una temática que les pareciese atractiva a todos. Acogieron la tarea con entusiasmo, y rápidamente se dividieron en grupos de trabajo bajo un tema en común: “una muerte inesperada”. Así nació el germen de Trece Maneras de Morir.

Algo más que escribir: una formación completa.

Por supuesto hubo muchos relatos, pero ellos mismos formaron grupos de trabajo: editores, maquetadores, correctores…etc. La tarea de selección de relatos no fue nada sencilla. Había mucho material donde escoger y al acabar tenían trece relatos que componían el  primer volumen de relatos de Factoría de Autores “Trece maneras de morir”.

Los relatos seleccionados han sido escritos por Nieves Muñoz (Palabra de rey, nombre de reina), Alejandro T Vargas (Tu casa) , María Badillo (Queridos todos), Maryan Cilley (Retratos de una vida), Esther Rodríguez Bernal (Al romper el alba), Pablo Castilla (la llave y la casa), Isabel Briones (La muerte del Señor Don Gato), Luisa Fernández Melo (Con las manos manchadas de sangre), Maribel Sanabria (Una oportunidad del destino), Nadia Adorna (Edén), Júlia Zabala (El elefante, la reina y el zapatero) , Amparo Rouanet (Ecos del pasado) y Sarah Medina Davies (La cruzada de la aurora).

También se decidió hacer un anexo “una última bala” con los relatos de Ahna Sthauros (El beso de la muerte), Ana Isabel Díaz (El último viaje), Ana Belén Marchal (Monstruos en el trastero), Concepción Rodríguez (Tránsito), Mariló Roto (El perro), Purificación Mallen (Matilde). Estos relatos se rescataron porque pese a que se había decidido que únicamente se erigían trece, queríamos mostrar el trabajo de todos los alumnos que se presentaron al proyecto. En total, diecinueve relatos que giran en torno de algo a lo que todos tendremos que enfrentarnos antes o después: la muerte. Eso no quiere decir que todos sean relatos tristes, cada autor reflexiona sobre la muerte de un modo personal y único. Se puede disfrutar de relatos terroríficos, melancólicos e incluso teñidos de cierto humor negro. Este libro nos lleva de la melancolía a la sonrisa cómplice, de la sorpresa al terror.

Se encargaron también de la estupenda portada, obra de Isabel Briones y de Sarah Medina. Todo un traje de lujo para esta primera antología.

Save The Children

Uno de los problemas más sencillos fue decidir dónde y cómo publicar la antología. Casi desde el principio se decidió que tendría un fin humanitario. Escoger a la ONG “Save the Children”, que con su campaña “1 libro, 1 euro” ayuda a numerosas campañas para alimentar y vacunar a niños que viven en condiciones de extrema pobreza en todo el mundo, era el paso más lógico.

Con este pequeño gesto nuestros alumnos esperan que esta incursión en el mundo literario esté cargada de buenas intenciones y que estas sirvan de trampolín para animar a muchos a la lectura, aunando el placer de leer con la satisfacción de ayudar a los que realmente lo necesitan.

¿Cómo conseguir Trece Maneras de Morir?

En la plataforma de Save the Children 1 libro 1 euro podrás conseguir la antología. Todos los beneficios se destinan a esta ONG con el fin de ayudar a los más necesitados.

Unas palabras de los profesores

Nuestro papel en esta antología ha sido muy breve, eso hace que nos sintamos aún más orgullosos de verla acabada. Es la satisfacción de ver como nuestros alumnos alcanzan una meta; para algunos la primera, para otros una muesca más en el revólver.

A todos los deseamos suerte y éxito. Nuestro apoyo ya lo tienen. Y nuestro cariño. Ahora y siempre.